JERGA I, ‘tela gruesa y tosca’, del mismo origen incierto que el fr. serge y port. (en)xerga, que designan básicamente paños de luto, seguramente emparentados con el cast. sarga, oc. sarga, fr. ant. sarge, rum. sarică, b. lat. sarica, que designan telas más o menos bastas, pero antiguamente se habían aplicado a tejidos más ricos, a veces de seda; unos y otros parecen ser descendientes del lat. SRէCA ‘paños de seda’, pero queda alguna dificultad por aclarar, de naturaleza fonética en el segundo caso y semántica en el primero.

1.ª doc.: J. Ruiz, 763a.

La vieja desaconseja ahí a doña Endrina viuda que lleve «xergas por mal señor, burel por mal marido». Análogamente «xerga o saial: sagum» y «enxergado por luto: sagatus», en Nebr.; Cej. IX, § 209. Lo primitivo fue, pues, que designase vestidos de luto. En el Ordenamiento Real (1348, Aut.) quizá designe ya precisamente un paño grosero, sentido que tiene en Fz. de Oviedo, según Fcha., y en Covarr.; según éste la locución estar una cosa en jerga ‘comenzada y no perfeccionada’, como dice Cervantes, se dice «como de los paños antes de estar acabados de labrar», de suerte que la jerga sería propiamente un paño poco trabajado. En la Arg. es ‘pieza burda de lana que, debajo de la carona, se pone al caballo para ensillarlo’1. También el port. xêrga era «pano de que amigamente se faziam vestidos de dó e de luto» (Moraes, con cita de 1544), hoy enxêrga es allí ‘colchón pequeño y grosero’, como el cast. jergón. El fr. serge es «étoffe commune de laine qui est croisée», y en la época clásica se dice precisamente de los vestidos de luto; no es exacto que esta forma sea, o sea únicamente, alteración de la antigua sarge, como dicen los diccionarios franceses, pues serge se halla ya en 1383 y sergeon en 1416 (Du C, s. v. serica).

El cast. sarga es «tela de lana algo más fina que la sempiterna, la qual sirve regularmente para forro» (Aut., con ej. de Ant. de Guevara, a. 1539), «tela cuyo tejido forma unas líneas diagonales» (Acad.), aunque tuvo también la ac. «tela de seda que hace cordoncillo, con alguna más seda que el tafetán doble: hay sarga imperial y de Inglaterra» (Aut., con ej. de 1680); oc. sarga (fin del S. XII, S. XIV, etc.); fr. ant. sarge (SS. XII-XVII), de donde el it. sargia «specie di panno lino o laño, di vari colori, che era in uso per cortine; ora, una coperta ordinaria da letto», port. y cat. sarja «tela creuada de seda, fil, cotó, lli o llana, teixida a vies»; además rum. sarică «sayón, manteau à longs poils», alb. šark, eslavón sraka, y b. lat. sarica. Es de notar que éste ya es antiguo, pues se halla repetidamente en un documento escrito bajo Justiniano (S. VI) y en otros italianos de los SS. IX y XI. También es de notar que la sarga no siempre ha designado paños humildes, pues en Baudoin de Sebourc (S. XIV) se lee «en un biau lit, paret d’une sarge dorée», León Ostiense († 1115) habla de una «sarica sérica», es decir, ‘de seda’, y en la citada escritura de Justiniano es una sarica prasina ornata. Como puede verse en esos antiguos textos latinos, se trata, no de un paño, sino de una saya o túnica.

Como etimología propuso F. Diez (Worterbuch, 281), el lat. SRէCA ‘paños o vestidos de seda’, y su opinión se ha aceptado generalmente (REW 7848), con más o menos reservas. Falta explicar, por una parte, la Á del tipo SARICA; teniendo en cuenta la antigua ac. ‘túnica’, no está fuera de razón admitir, según hace Gamillscheg (EWFS), un cruce con el lat. SAGUM. Por otra parte debemos reconocer que es sorprendente en lo semántico el radical cambio de un paño de seda en una jerga, pero la evolución paralela de SARICA indica la posibilidad de este cambio, que debió realizarse pasando por ‘ropa de luto’, lujosa al principio y luego convertida en un humilde burel; nótese que serica se lee como sinónimo de sarica ‘túnica’ en la Vida de San Ermenfredo (Du C.). Mayor escrúpulo causan las formas sardas y balcánicas siguientes: Nuoro dzerga, logud. (at)terga, campid. zerga «vestiario che il padrone dà alla servitù (nei giorni festivi)», alb. tserg, búlg., svcr. cerga, rum. cerg ‘tejido de lana burdo’, ‘manta de lana’, ‘tienda’, todos los cuales postulan de concierto una base con TS- o T?- inicial (M. L. Wagner, Das Ländliche Leben Sardiniens, 158, n. 2): es innegable la identidad semántica notable con el cast. jerga, y se hace difícil hallar un cruce que pueda explicar satisfactoriamente esta inicial, en territorios tan diferentes. Por lo demás, la x- castellana no corresponde a esta base, sino más bien a S-, y quizá deba explicarse, en vista del port. enxerga, por el citado verbo enxergar, que podría corresponder a EX-SERICARE: por lo demás, la misma inicial reaparece en el ast. xarga ‘jerga, tela de urdimbre gruesa’2.

Recordaré finalmente que se ha explicado el título de la novela caballeresca Las Sergas de Esplandián, de Ordóñez de Montalvo (1508), por un serga en el sentido de ‘tapiz con la historia de un personaje’, emparentado con xerga y con sarga (así Foulché-Delbosc, RF XXIII, 591-3; A. Castro, RFE IV, 394), y aunque no se ha probado documentalmente la existencia de tal vocablo, el hecho es que sarga está bien documentado en este sentido («cuatro sargas de labor / con la historia de David», en Lope, cita de R. Marín, en su ed. del Quijote 1916, VI, 400), y serga aparece en bajo latín en el sentido de ‘estera’ en un necrologio medieval (Du C.). Probablemente sea casual la semejanza con el scr. sárgaɅ ‘capítulo de un poema épico’ (propiamente ‘chorro, disparo’ de la raíz ieur. selg- ‘disparar, cazar’), aunque podría sospecharse que la palabra pasara a través del árabe con ocasión de transmitirse el material narrativo (Panchatantra, Hitopadeça, etc.) (si acaso tendría que ser en árabe sanscritismo y no uranismo, pues en iranio esta raíz tiene naturalmente también forma hərəz-, hiš-, etc.). Por lo demás, esta raíz tiene amplio desarrollo semántico en índico sárgaɅ ‘curso (de una flecha)’ ‘chorro’ ‘das Entlassen, Ausgiessen’ (ya en el Rig Veda un compuesto III, 33.4) del verbo sjáti ‘suelta, arroja, derrama’.

La existencia de un descendiente castellano de SRէCUS está asegurada por otra parte, aunque se trata más bien de una tercera variante vocálica SզRICUS, documentada en inscripciones latinas (Bertoni, ZRPh. XXXIV, 209), variante de procedencia griega (σƓρικóς ‘de seda’), con la pronunciación tardía de la -Ɠ griega. Sirgo se halla, en efecto, para ‘seda’ desde Calila (1251: el gusano del sirgo), también en las Consolaciones del Antipapa Luna (fin del S. XIV; p. 586), en la Crónica de Juan II (S. XV); «moral..., árbol... de cuyas fojas se haze el sirgo», vocabulario de med. S. XV, RFE XXXV, 338, y todavía en Nebrija; mientras que para Covarr. ya es sólo el hilo de seda torcido, y Cabrera define «conjunto de fibrillas delicadas y lustrosas de que se componen los capullos formados por los gusanos de seda; y los hilos delgados y sutiles que se hacen de estas fibrillas»; el port. sirgo es ‘gusano de seda’. Del mismo origen el milan, ant. sirigo «¿stoffa di seta?», calabr. síricu ‘gusano de seda’, Parma silga «quel filo che si trae dai bozzoli posti nella caldaia, prima di cávame la seta», Módena sirghe «ciò che rimane dei follicelli dopo cavata la seta», it. sirighella, sinighella, íd. Además vid. SIRGA.

DERIV.

Jergónxergón: culcitra stramenticia», Nebr.; ast. sergón ‘saco de hoja o de paja para dormir’, Rato], port. enxergão íd. Jergueta. Jerguilla «tela delgada de seda o de lana, o mezcla de una y otra, que en su tejido se parece a la jerga» [Aut.]. Enjergar [enx-, Nebr., V. arriba]; enjergado.

Gall. dexergar ‘descubrir con la vista’, ‘ver, percibir’ (Vall.), ‘contemplar curiosamente’3, gall. central desargar ‘descubrir mirando’ (en Lalín: Crespo Pozo), también secundariamente gall. común enxergar ‘atisbar’ (Crespo Pozo)4, portugués enxergar ‘divisar, entrever, observar’ [1535, Eufrosina, etc.], y esta variante ya no es reciente tampoco en Galicia: «parece que inda enxergo / por entre ramalleiras / travesos estudiantes / correr e estralouzar» Añón, Poesías...; el proceso semántico de desxergar ‘quitar las jergas que cubren una cosa’ > ‘contemplarla’, cf. el port. descortinar ‘avistar, descubrir a lo lejos’ (os mareantes descortinaram a terra). Palabras que nos recuerdan la situación angustiosa del navegante trasatlántico tratando de descubrir lo que se oculta tras un horizonte de celajes tormentosos.

Xirgado ‘labrado con seda’ [cinto xirgado y muy polido, fin del S. XV, Rodrigo de Reinosa, Philol. Q. XXI, 34, 43]. Sirguear, arag. ant., invent, de 1374 (BRAE II).

Sarguero; sargueta. V. además JILGUERO y SIRGA.

1 Tiscornia, M. Fierro coment., 427-8; Draghi, Canc. Cuyano, p. 221.―

2 La semejanza de jerga con el ár. Ʌrírqa ‘paño’, ‘trapo’, ‘pañales’, que Lerchundi traduce por jerga, y figura ya en árabe clásico, en R. Martí y en PAlc, ha de ser casual de todos modos.―

3 Los que miran la procesión, comiéndose con los ojos a un niño lujosamente adornado «loitaban para dexergar de perto os írtidos atavíos» Castelao 219.25.―

4 Éste, por otra parte, ‘endilgar’, ‘discursear de cualquier modo’ (Lugrís). No parece que realmente exista la variante enxerguer que han supuesto algunos. Hay, según Sarm., un gall. enxergar ‘crecer’, v. g. de las nabizas que aún no crecen se dice ainda non enxergan (CaG. 225r), agrega que también es «erguerse, levantarse; creo que también es verbo obsceno de erigo»; parece que sugiere la existencia de un verbo que si acaso tendría que ser *exerguer o a lo sumo *enxerguer ‘ponerse en erección’, pero no veo ni en su texto, tal forma y hay que desconfiar de su etimomanía; basta con la derivación que acepto.